CRÓNICAS. Assange
CRÓNICAS. Assange
Por: Lucía P. de García
Toronto.- El 24 de junio de 2024 Julián Assange, periodista, programador, activista, con estudios de filosofía, neurociencia, conocimientos de física, autodidacta en ciencias, matemáticas y férreo defensor de la libertad de prensa, expresión y opinión, llegó a su país natal, Australia, luego de negociar con Estados Unidos un Acuerdo por el cual se declara culpable de publicar en WikiLeaks documentos militares secretos estadounidenses.
Puede decirse que esta historia inició en 2006 cuando Assange fundó la web WikiLeaks con la finalidad de revelar casos de corrupción evidenciados con documentos e imágenes proporcionadas en forma confidencial. En 2010, la difusión de videos captados en Irak, donde soldados de Estados Unidos disparaban desde un helicóptero a civiles causando la muerte de 18, desató la indignación mundial. Ésta se acrecentó al conocerse detalles de operaciones en las guerras de Afganistán e Irak, y con el material secreto filtrado de cables diplomáticos sobre actividades de espionaje y política exterior estadounidense.
El mismo año Assange fue acusado de haber violado a dos mujeres durante su estadía en Estocolmo para dar una conferencia, por lo que las autoridades suecas le llamaron para interrogarlo. No acudió, respondió que los dos encuentros fueron consentidos. Suecia pidió su extradición mientras él se defendía en arresto domiciliario; temía que aquel llamado posibilitara su extradición a Estados Unidos. En mayo de 2012 la Corte Suprema del Reino Unido ordenó que fuera extraditado a Suecia.
A los pocos días Assange solicitó asilo político en la embajada de Ecuador en Londres. El entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, le concedió ante el riesgo de que Estados Unidos pidiera su extradición aduciendo que sus publicaciones comprometían la seguridad estadounidense, sus soldados, agentes. Mientras tanto, Assange insistía en que era su deber exponer los crímenes de guerra.
Cinco años después Suecia cerró el caso. No obstante Assange continuó en la embajada por temor a ser enviado a Estados Unidos. En 2018, Lenin Moreno, como mandatario de Ecuador desde casi un año antes, otorgó a Julián Assange la ciudadanía ecuatoriana. En abril 2019 le revocó el asilo y su embajador “invitó” a la Policía Metropolitana británica a ingresar a la embajada para sacar al huésped. Fue retirado a la fuerza, bajo el argumento de no haber comparecido ante los tribunales británicos conforme la orden de 2012. Horas más tarde la Policía emitió otro comunicado: fue arrestado a nombre de las autoridades de Estados Unidos, que pedían su extradición por conspiración para cometer presunto delito informático, debiendo comparecer ante los tribunales británicos en pocos días. Luego, un tribunal de Londres señaló incumplimiento a las condiciones de libertad condicional y lo retuvo en espera de sentencia.
Desde entonces Assange ha estado recluido en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, Londres, luchando contra el pedido de extradición de Estados Unidos; negando las acusaciones de conspiración; defendiendo su obligación de denunciar los crímenes de guerra; batallando por la libertad de prensa, expresión y opinión; proclamando su derecho a la libertad.
No ha estado solo. Ha recibido el constante apoyo de su esposa Stella, quien le ha defendido como abogada junto con otros profesionales. También de familiares, amigos, simpatizantes; activistas; reconocidos juristas internacionales; prestigiosos periodistas, gremios periodísticos, medios de comunicación; cientos de miles de firmas de todas partes del mundo; entidades defensoras de derechos humanos. En 2016 una Comisión de la ONU condenó la “detención arbitraria” y pidió su libertad.
En mayo, el Tribunal Superior del Reino Unido aceptó que Assange continuara luchando contra la extradición, al tiempo que pedía a Estados Unidos más garantías para un juicio justo, consideraba que el gobierno estadounidense no le ofrecía las mismas garantías y protecciones de libertad de expresión que tendría un ciudadano estadounidense.
En junio se dio el Acuerdo entre Estados Unidos y Assange, luego de que éste se declarara culpable de obtención y divulgación de material clasificado de seguridad nacional. De no haberlo hecho, pudo haber sido sentenciado a muerte o a 175 años de prisión en solitario.
Salió del Reino Unido acompañado de su esposa, abogados y autoridades australianas, para dirigirse a las Islas Marianas del Norte, cercanas a Australia. Tras su arribo, el Tribunal Federal de Estados Unidos en la isla de Saipán dictaminó “sentencia cumplida”, descontando así sus más de 5 años en la prisión de Belmarsh. Atrás quedaron los siete años de permanencia como asilado político en la embajada de Ecuador en Londres y el año de arresto domiciliario en una casa de campo en Inglaterra para evitar ser extraditado a Suecia.
Su esposa Stella dijo que la sentencia a su esposo se dio antes de las audiencias de julio, cuando se iba a alegar la defensa a la libertad de expresión que otorga la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense. Agregó que el Acuerdo impidió la continuación de un proceso que en verdad ha sido “un ataque al periodismo y al derecho de la ciudadanía a estar informada”.
Destacados periodistas del mundo comentaron: Assange nunca debió ir a la cárcel por denunciar los crímenes de otros; el periodismo con ética nos fortalece; condenar por actos básicos del periodismo sienta un precedente peligroso; amedrentar a quienes denuncian la corrupción de los gobiernos es un crimen contra la humanidad; el periodismo molesta a quienes creen ser dueños de la verdad; la investigación periodística es la base de la libertad de expresión; la persecución a Assange alarma y devasta al periodismo; sólo decir la verdad nos hará libres.
Hace un tiempo Julián Assange expresó: “Anhelo un futuro en el que todos podamos compartir libremente nuestras esperanzas y nuestros sueños, un futuro en el que podamos compartir información objetiva sobre el mundo, y donde el registro histórico sea completamente sagrado, nunca sujeto a cambios, modificaciones o eliminaciones. De todo ello surgirá la justicia”.
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