Las promesas incumplidas de Laporta
Las promesas incumplidas de Laporta
Tal y como estaba previsto, el Barcelona cerró el mercado sin ningún movimiento de última hora. Básicamente porque no pudo, no porque faltaran ganas. Otra vez más, el dinero no llegó a la Dirección Deportiva que tuvo que hacer malabares para poder reforzarse con Dani Olmo, un excelente jugador, pero que no cubría ni mucho menos las carencias del equipo. No llegaron un extremo izquierdo, un pivote ni un lateral izquierdo, tres posiciones que había que reforzar con urgencia.
El problema no estuvo en Deco o en Hansi Flick, que tenían toda una lista de refuerzos preparados. El club, por tercera ventana consecutiva, no fue capaz de estar en la regla 1:1, con el enorme hándicap que eso supone para ir a fichar al mercado. Y no estuvo porque Laporta y sus directivos no fueron capaces de encontrar un patrocinador que asumiera todos los millones del impago de Libero por la venta de Barça Studios (sólo se consiguió una parte a través de Aramark).
Tampoco llegó el tan cacareado acuerdo con Nike a pesar de las promesas públicas del presidente asegurando que antes del cierre del mercado cerrarían operaciones financieras que devolverían al club a la regla 1:1 y podrían hacer fichajes del tipo de Nico Williams.
A la vista de los hechos, fueron unas declaraciones populistas que no se ajustaban a la realidad. Y el resultado es que el equipo se ha reforzado mínimamente porque sus condiciones para fichar son asfixiantes. Para que se hagan una idea, Gündogan liberó 15 millones de ficha, pero por las penalizaciones de ese dinero el Barça sólo pudo invertir siete. Y el coste anual de Olmo es de 20. Hacer más fichajes (con ventas obligadas) habría devaluado la plantilla.
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