Celebración agridulce del Día Internacional del Migrante
Celebración agridulce del Día Internacional del Migrante
Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. El 18 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución sobre la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y de sus Familiares. A raíz de ello, en 1997, algunas organizaciones de migrantes comenzaron a celebrar y promover el 18 de diciembre como el Día Internacional de Solidaridad con los Migrantes. Finalmente, el 4 de diciembre de 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas, considerando el gran y creciente número de migrantes en el mundo, proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante.
Desde entonces, cada año, el 18 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la agencia relacionada, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), utiliza esta fecha para destacar las contribuciones de aproximadamente 272 millones de migrantes en el mundo, incluidos más de 41 millones de desplazados internos, y los desafíos que enfrentan.
Este evento global, apoyado por actividades organizadas por casi 500 oficinas y suboficinas de la OIM en diversos países, junto con socios gubernamentales, internacionales y organizaciones de la sociedad civil, examina una amplia gama de temas relacionados con la migración: cohesión social, dignidad, explotación y solidaridad. Estos esfuerzos abogan por una migración guiada por el principio de que una migración humana y ordenada beneficia tanto a los migrantes como a la sociedad.
Según las Naciones Unidas, el Día Internacional del Migrante nos brinda una oportunidad especial para resaltar las invaluables contribuciones de millones de migrantes en todo el mundo. También es un día para reflexionar sobre el entorno cada vez más complejo en el que ocurre la migración. Los conflictos, los desastres climáticos y las presiones económicas siguen obligando a millones de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad o simplemente de oportunidades.
Para fines estadísticos, las Naciones Unidas definen a un migrante internacional como cualquier persona que ha cambiado su país de residencia, incluyendo a todos los migrantes independientemente de su estatus legal, la naturaleza o el motivo de su desplazamiento.
Con motivo de esta fecha, hoy el Honorable Marc Miller, Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, la Honorable Mélanie Joly, Ministra de Relaciones Exteriores, y el Honorable Ahmed Hussen, Ministro de Desarrollo Internacional, emitieron la siguiente declaración:
“Los migrantes y refugiados aportan habilidades, innovación y diversidad cultural, enriqueciendo comunidades y fortaleciendo economías. El Día Internacional del Migrante nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre las numerosas contribuciones de los nuevos residentes en Canadá y de reafirmar nuestro compromiso de proteger los derechos de los migrantes, fomentar su inclusión en la sociedad y construir conexiones significativas dentro de sus nuevas comunidades.
“Al priorizar las necesidades tanto de los nuevos residentes como de las comunidades que los reciben, estamos creando caminos para un crecimiento y una prosperidad compartidos.
“Hoy reconocemos el valor y la resiliencia de los migrantes que enfrentan desplazamientos, discriminación y barreras para acceder a oportunidades. Trabajando juntos con nuestros socios, podemos garantizar sistemas de migración seguros, humanos e inclusivos para todos”.
Pero, ¿cómo estamos celebrando este año este día en Canadá? El Día Internacional del Migrante continúa siendo de una importancia significativa en Canadá, un país que históricamente ha sido conformado por la migración. Por ende, considero que un día como hoy nos debe servir de oportunidad para reflexionar sobre los más recientes cambios que se han suscitado en materia migratoria en el país.
Desde finales del año pasado, y durante este año, han sido muchos los cambios en las políticas migratorias de Canadá que han despertado tanto esperanzas como preocupación en la comunidad de migrantes. Hubo cambios positivos, como las nuevas vías hacia la residencia permanente mediante programas piloto, que han abierto puertas a muchas personas que buscan un futuro mejor.
Sin embargo, los cambios recientes destinados a reducir la migración han tenido efectos profundos en muchas personas y familias. El endurecimiento de los criterios de elegibilidad para ciertos flujos migratorios, el aumento del escrutinio en las solicitudes y la reducción de las asignaciones para la residencia permanente han dejado a muchos sintiéndose excluidos e inciertos sobre su futuro en Canadá. Las revisiones al programa de Permiso de Trabajo Postgraduado (PGWP) y los requisitos más estrictos para los Trabajadores Extranjeros Temporales (TFWs) han afectado desproporcionadamente a los estudiantes internacionales y trabajadores de bajos ingresos, lo que limita su capacidad para transicionar a la residencia permanente. Estas medidas han creado barreras para quienes alguna vez vieron a Canadá como una tierra de oportunidades, dejando a muchos luchando por encontrar estabilidad.
Además, el Ministro de Inmigración, Marc Miller, ha anunciado tres nuevas medidas que aún están por implementarse, generando más incertidumbre entre los migrantes. Entre ellas, se encuentra la eliminación de la práctica de ‘flagpoling’, que obligará a los residentes temporales a solicitar extensiones de estatus únicamente en línea, y un mayor control sobre documentos de inmigración para combatir el fraude y riesgos de seguridad. También se propone una reforma en el sistema de Express Entry, eliminando los puntos adicionales por ofertas de trabajo para mejorar la equidad del proceso. Si bien estas medidas buscan fortalecer la integridad del sistema, también reflejan un enfoque más restrictivo que podría dificultar aún más las oportunidades para los migrantes en Canadá.
Para muchos, las consecuencias de estos cambios han sido profundas. Las familias ahora enfrentarán separaciones prolongadas debido a la imposibilidad para los cónyuges de muchos residentes temporales de obtener un permiso de trabajo abierto. Trabajadores temporales que han contribuido tanto a la economía en Canadá se encuentran ahora atrapados en su estatus temporal con oportunidades limitadas.
A mi modo de ver, estos cambios no solo debilitan la reputación de Canadá como una nación que acogía a los migrantes, sino que también contribuyen al aumento del racismo y la discriminación hacia los migrantes, perpetuando estereotipos negativos y fomentando divisiones sociales. La narrativa pública sobre los migrantes ha exacerbado las tensiones, afectando la capacidad de muchos para integrarse y prosperar en sus comunidades de acogida. Los migrantes, que a menudo se encuentran entre los más vulnerables, soportan el peso de estos cambios, enfrentando una mayor incertidumbre e inseguridad.
En este contexto, el Día Internacional del Migrante no solo debe ser una ocasión para reconocer las contribuciones de los migrantes, sino también un llamado a la reflexión y a la acción. Es un recordatorio de la importancia de crear políticas inclusivas y humanas que reconozcan la dignidad inherente de todas las personas, independientemente de su estatus migratorio. Canadá, como país históricamente modelado por la migración, tiene la responsabilidad de liderar con el ejemplo, asegurando que los principios de justicia, equidad e inclusión sigan siendo la base de su enfoque hacia la migración.
En lugar de retroceder, este día debe inspirarnos a avanzar hacia un sistema migratorio más compasivo y equitativo, que no solo brinde oportunidades a quienes buscan un mejor futuro, sino que también fortalezca las comunidades y fomente una sociedad más cohesionada. En última instancia, la riqueza de un país no se mide únicamente por su economía, sino por la manera en que trata a los más vulnerables entre nosotros. Que este Día Internacional del Migrante nos impulse a construir un Canadá donde todos puedan prosperar juntos.
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