Avisó que impondría aranceles, su cuarta palabra preferida del diccionario para conseguir sus fines, pero llevan aparejadas acusaciones frontales.

“Estos cárteles tienen una alianza con el gobierno de México y ponen en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”, afirmó la Casa Blanca en la red social X. Posteriormente en un comunicado, dijo que la alianza es “intolerable”.

Una afirmación demoledora que, en la misma plataforma, la presidente mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó de “calumnia”, y contraatacó anunciando “medidas arancelarias”.

De acuerdo con reportes de inteligencias a la Casa Blanca, el gobierno de México ha proporcionado “refugios seguros para que los cárteles se dediquen a la fabricación y el transporte” de drogas.

Washington anunció la imposición de aranceles aduaneros del 25% a México hasta que “coopere con Estados Unidos en la lucha contra las drogas”, porque asegura que los cárteles mexicanos “son los principales traficantes mundiales de fentanilo, metanfetamina y otras drogas”.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, afirmó recientemente que los cárteles tienen el “control operativo sobre enormes extensiones de las regiones fronterizas” entre México y Estados Unidos.

En el pasado, varios senadores se mostraron partidarios de permitir al ejército estadounidense combatir a los narcos dondequiera que estén.

En declaraciones a la AFP, el exembajador mexicano Agustín Gutiérrez Canet calificó de “durísimo” y “realmente muy preocupante” el tono de la comunicación de la Casa Blanca y recomienda no tomárselo a la ligera.

“Es realmente sin precedente que el gobierno de Estados Unidos ligue formalmente ya, en un documento oficial, al gobierno de México con el narcotráfico”, declaró.

Con el objetivo declarado de “proteger a los estadounidenses de la crisis del fentanilo”, un opiáceo sintético 50 veces más potente que la heroína, Washington impuso además gravámenes del 25% a los productos procedentes de Canadá (con excepción de los hidrocarburos gravados al 10%) y un 10% adicional a los ya existentes para los bienes chinos, anunció la Casa Blanca.

El fentanilo es la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años, con al menos 75.000 decesos al año, según las autoridades sanitarias estadounidenses.

“Hay una creciente producción de fentanilo en Canadá, y se incautó suficiente fentanilo en la frontera norte el año fiscal pasado para matar a 9,8 millones de estadounidenses”, acusó la Casa Blanca, que asegura que los cruces fronterizos ilegales desde ese país alcanzaron máximos históricos.

El 10% de aranceles suplementarios a China, la segunda economía más grande del mundo, se mantendrá hasta una “plena cooperación del gobierno chino” en la lucha contra el fentanilo, afirma el mensaje del gobierno estadounidense.

Estados Unidos acusa a China de desempeñar “un papel central” en esta crisis y al gobernante “partido comunista” de haber “subvencionado a las empresas químicas chinas para que exporten fentanilo”.

En su opinión, “China no solo no logra frenar la fuente de drogas ilícitas, sino que contribuye activamente a este negocio”.

Con estos aranceles Trump, que pasa el fin de semana en su residencia de Mar-a-Lago, en el estado de Florida (sureste), enciende la mecha de una guerra comercial.

Respuesta del gobierno mexicano

La presidente de México, Claudia Sheinbaum, rechazó como una “calumnia” la acusación de Trump y anunció aranceles en represalia a los impuestos decretados este mismo sábado por el mandatario republicano.

Sin brindar detalles de la respuesta de su gobierno en materia comercial, Sheinbaum señaló que ha instruido a su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para que “implemente el plan B”, que incluye “medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses de México”.

Tras el anuncio de Trump y la inédita acusación contra el gobierno mexicano, los miembros del gabinete llegaron a Palacio Nacional, según imágenes de televisoras locales.

Sheinbaum aseguró que la “alianza” con el crimen en realidad se da entre las armerías de Estados Unidos, de donde procede la gran mayoría de las armas traficadas hacia México y en poder de grupos delictivos.

Avisó que impondría aranceles, su cuarta palabra preferida del diccionario para conseguir sus fines, pero llevan aparejadas acusaciones frontales.

“Estos cárteles tienen una alianza con el gobierno de México y ponen en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”, afirmó la Casa Blanca en la red social X. Posteriormente en un comunicado, dijo que la alianza es “intolerable”.

Una afirmación demoledora que, en la misma plataforma, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó de “calumnia”, y contraatacó anunciando “medidas arancelarias”.
De acuerdo con la Casa Blanca, el gobierno de México ha proporcionado “refugios seguros para que los cárteles se dediquen a la fabricación y el transporte” de drogas.

Washington anunció la imposición de aranceles aduaneros del 25% a México hasta que “coopere con Estados Unidos en la lucha contra las drogas”, porque asegura que los cárteles mexicanos “son los principales traficantes mundiales de fentanilo, metanfetamina y otras drogas”.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, afirmó recientemente que los cárteles tienen el “control operativo sobre enormes extensiones de las regiones fronterizas” entre México y Estados Unidos.

En el pasado, varios senadores se mostraron partidarios de permitir al ejército estadounidense combatir a los narcos dondequiera que estén.

En declaraciones a la AFP, el exembajador mexicano Agustín Gutiérrez Canet calificó de “durísimo” y “realmente muy preocupante” el tono de la comunicación de la Casa Blanca y recomienda no tomárselo a la ligera.

“Es realmente sin precedente que el gobierno de Estados Unidos ligue formalmente ya, en un documento oficial, al gobierno de México con el narcotráfico”, declaró.

Con el objetivo declarado de “proteger a los estadounidenses de la crisis del fentanilo”, un opiáceo sintético 50 veces más potente que la heroína, Washington impuso además gravámenes del 25% a los productos procedentes de Canadá (con excepción de los hidrocarburos gravados al 10%) y un 10% adicional a los ya existentes para los bienes chinos, anunció la Casa Blanca.

El fentanilo es la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años, con al menos 75.000 decesos al año, según las autoridades sanitarias estadounidenses.

“Hay una creciente producción de fentanilo en Canadá, y se incautó suficiente fentanilo en la frontera norte el año fiscal pasado para matar a 9,8 millones de estadounidenses”, acusó la Casa Blanca, que asegura que los cruces fronterizos ilegales desde ese país alcanzaron máximos históricos.

El 10% de aranceles suplementarios a China, la segunda economía más grande del mundo, se mantendrá hasta una “plena cooperación del gobierno chino” en la lucha contra el fentanilo, afirma el mensaje del gobierno estadounidense.

Estados Unidos acusa a China de desempeñar “un papel central” en esta crisis y al gobernante “partido comunista” de haber “subvencionado a las empresas químicas chinas para que exporten fentanilo”.

En su opinión, “China no solo no logra frenar la fuente de drogas ilícitas, sino que contribuye activamente a este negocio”.

Con estos aranceles Trump, que pasa el fin de semana en su residencia de Mar-a-Lago, en el estado de Florida (sureste), enciende la mecha de una guerra comercial.