CRÓNICAS: Los BRICS
CRÓNICAS: Los BRICS
Por: Lucía P. de García
Toronto.- En 2001 el economista Jim O´Neil, de Goldman Sachs, atraído por los países que consideraba los principales mercados emergentes, Brasil, Rusia, India y China, decidió efectuar un análisis económico especial del grupo, al que identificó con el acrónimo BRIC, por las iniciales de sus respectivos nombres. Un lustro después en Nueva York, durante la reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas, los Ministros de Relaciones Exteriores de dichos países conversaron sobre temas de interés común y decidieron crear el grupo BRIC para coordinar esfuerzos económicos y políticos en base a su potencial. En 2009 se concretó el proyecto de unión y se celebró una Cumbre Inaugural de los BRIC en Ekaterimburgo, Rusia. En 2010 se incorporó Sudáfrica y con ella se agregó una S a la sigla, que desde entonces identifica a los países del BRICS.
A partir de 2022 se han sumado Egipto, Etiopía, Irán, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos. Esto significa la posibilidad de comercializar un 35% de la producción mundial de petróleo.
La dinámica de los BRICS empezó con una propuesta de reforma al Fondo Monetario Internacional (FMI) para tener mayor influencia económica. Al Banco Mundial solicitaron que reemplace su papel mediador entre el Norte y el Sur por la promoción de “relaciones de igualdad” entre los dos hemisferios. Aunque se han efectuado determinados cambios, todavía persiste el desequilibrio con el poderoso G7, el cual aglutina a los países más ricos e industrializados del mundo: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido.
Desde su fundación en 2009 los BRICS han realizado anualmente una Cumbre en alguna de las ciudades de los países miembros, donde evalúan sus acciones y programan futuras actividades. En la última reunión, la decimosexta, realizada en octubre 2024 en Kazán, Rusia, se acordó crear la categoría de Estados Miembros Asociados como Observadores. Accedieron a esa categoría: Argelia, Bielorusia, Bolivia, Cuba, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tanlandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
Es obvio que los BRICS tienen enormes diferencias territoriales, económicas, políticas, ideológicas, religiosas, no obstante las superan sin ingerencias, presiones, imposiciones, manteniendo el respeto mutuo. En cuanto a sus objetivos comunes, empezaron por reforzar el cimiento básico del progreso: la educación, los intercambios culturales. Los esfuerzos han incluido apoyo a proyectos humanitarios, iniciativas empresariales domésticas, mejoras salariales, eficiente aprovechamiento de sus inmensos recursos naturales, adecuado comercio de materias primas, equitativa distribución de los ingresos.
Durante estos años los BRICS han logrado crear el nuevo Banco de Desarrollo, un Acuerdo de Reserva Contingente, la moneda de Reserva de Canasta BRICS.
Las corporaciones multinacionales, siempre pendientes del beneficio que pudieran obtener de cualquier fuente de riqueza, han visto en los BRICS una mina de oro. Por ejemplo, ciertas fábricas de automóviles de lujo han cambiado su producción a carros baratos destinados a comercializarlos en los BRICS, que juntos simbolizan casi el 51% de la población mundial y en paridad de poder adquisitivo tienen un PIB de 40%. China por sí sola representa el 19,05% del PIB, India el 8,23%.
El PIB de Estados Unidos llega al 14,5%. Igual cifra ostenta la Unión Europea.
En el ámbito internacional se ve con curiosidad a los BRICS. Para ciertos líderes políticos son un peligro a la democracia, a la economía de los poderosos, una unión incoherente antioccidental, un anti G7. Para otros son la esperanza de un mundo menos egoísta y dominador, más equilibrado y justo.
En América Latina, los flamantes Miembros Observadores ratifican: el mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, su voluntad de trabajar a favor del multilateralismo, una agenda de desarrollo y cooperación que responda a las prioridades del Sur. El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, apoyar el desarrollo del mundo multipolar mediante inclusión, cooperación, beneficios mutuos, respeto a la soberanía y a la autodeterminación.
El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, aspira la inclusión a los BRICS de los países miembros del ALBA-TCP, de UNASUR, de toda América Latina, para desarrollar aún más el Sur Global y procurar el respeto, la solidaridad entre los pueblos y así construir un mundo verdaderamente libre, pacífico, hermanado.
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