SEVEN VEILS. Canadá, 2023. Un film escrito y dirigido por Atom Egoyan. 106 minutos
SEVEN VEILS. Canadá, 2023. Un film escrito y dirigido por Atom Egoyan. 106 minutos
Por Jorge Gutman
SEVEN VEILS. Canadá, 2023. Un film escrito y dirigido por Atom Egoyan. 106 minutos
Además de afamado cineasta canadiense Atom Egoyan es asimismo un prestigioso director escénico del arte lírico; es así que su afición por la ópera Salomé lo ha motivado a montarla por primera vez en 1996. Teniendo en consideración que la última vez que tuvo la oportunidad de representarla en la Canadian Opera Company (COC) fue en 1923, Egoyan decidió pasar revista a esta creación lírica, en Seven Veils mediante un relato de ficción.
El guión del realizador presenta a Jeanine (Amanda Seyfried), quien como novel directora de ópera tiene el propósito de ofrecer una nueva producción del fascinante drama de Richard Strauss. Enfrentando el desafío que se impuso, en parte como tributo al fallecido Charles, quien fue su mentor artístico además de haber mantenido una relación personal, se vuelca intensamente a los ensayos. A medida que los mismos se van sucediendo Jeanine experimenta serios problemas emocionales porque lo que acontece en la ópera constituye un espejo de lo que afronta en su vida al ir reviviendo perturbadores traumas experimentados en su infancia.
Resulta muy interesante comprobar que Egoyan ha utilizado a verdaderos cantantes líricos que han representado la ópera en la COC como es el caso de la soprano Ambur Bradid que aquí caracteriza a Ambur encarnando a Salomé, como igualmente es el caso del barítono alemán Michael Kupfer-Radecky quien como Johann anima al desafortunado John Bautista; es así que ambos cantantes otorgan plena autenticidad al rol que interpretan en la ficción.
Como adición al tema central, el guión introduce varias subtramas que tienen lugar fuera de escena. Así tenemos el caso de Clea (Rebecca Liddiard), la encargada de la utilería, que hace lo posible para que su pareja Rachel (Vinessa Antoine) -quien es la suplente de Ambur, no se sienta desestimulada; a la vez Clea trata de evadir los avances amorosos de Johann. Por su parte Jeanine, que se halla separada de su marido adúltero (Mark O’Brien), mantiene un acercamiento con Luke (Douglas Smith) que es el cantante suplente para el rol de John Bautista.
Aunque bien intencionado, Egoyan intercala historias complementarias que además de quedar irresueltas no están bien adheridas. Con todo, a la observación formulada de su desigual guión, el realizador demuestra su pericia en una satisfactoria puesta escénica y en haber reunido un sólido elenco encabezado por la dúctil Amanda Seyfried en el rol protagónico. La artista que tuvo la oportunidad de colaborar con Egoyan en Cloe (2009), aquí ratifica su ductilidad artística transmitiendo con gran envergadura la vasta gama de emociones que embargan a su personaje resucitando su tormentoso pasado. Asimismo merece destacarse la remarcable música de Mychael Danna y el satisfactorio diseño de producción de Phillip Barker.
Aunque sin estar completamente logrado, este psicológico drama concita atracción y sin duda satisfará al público amante del género lírico.
SUPERBOYS OF MALEGAON. India, 20224. Un film de Reema Kagti. 127 minutos
Recordando al entrañable film Cinema Paradiso (1988) de Giuseppe Tornatore, la realizadora Reema Kagti ofrece en Superboys of Malegaon, una comedia dramática basada en las experiencias del director amateur indio Nasir Shaikh, que aunque sin ser necesariamente un film biográfico queda resaltado su amor por el cine.
La historia guionizada por Varun Grover se ubica en la pequeña ciudad india de Malegaon y su comienzo transcurre en 1997 en donde Nasir (Adarsh Gourav) se desempeña como fotógrafo y videógrafo de bodas además de manejar un humilde negocio de video junto con su hermano Nihal (Gyanendra Tripathi) donde predominan los VCR para ver filmes fuera del cine. Siendo Nasir un ferviente cinéfilo de las clásicas películas de Charles Chaplin y Buster Keaton como así de las de acción de Bruce Lee y Jackie Chan, utiliza su local para transformarlo en un microcine a fin de que los vecinos del barrio sin mucho pecunio puedan disfrutar de dichos videos en la improvisada pantalla; sin embargo la buena intención de Nasir se ve frustrada cuando la policía irrumpe al considerar que se trata de una piratería.
Para obviar el obstáculo interpuesto Nasir decide hacer con su grupo de amigos sus propias películas. Sabiendo que su especial audiencia gusta de ver los clásicos del cine, asume. como director con la colaboración de su amigo Farogh (Vineet Kumar Singh) en calidad de guionista para efectuar una sátira de Sholay, el film de 1975 dirigido por Ramesh Sippy que gozó de amplia repercusión en India. Es así que vecinos y amigos se prestan para participar en el elenco y equipo de producción donde en el rodaje Farogh objeta la inserción de publicidad encubierta a lo que Nasir considera que es la manera de poder contar con el apoyo de auspiciadores comerciales para financiar el film.
El resultado final es que la película constituye un colosal éxito, dejando abierto el camino para posteriores proyectos; sin embargo la diferente visión del director y el guionista sobre la manera de encararlos así como el ego de Nasir producen un violento cisma entre ambos amigos lo cual los convierte en enemigos. La acción que posteriormente se traslada a 2003 y finalmente a 2010 reseña cuál ha sido el derrotero de Nasir y sus colaboradores en donde Shafique (Shashank Arora), el incondicional y leal amigo de Nasir, permitirá que los enconos pasados queden superados y que la amistad del grupo inicial quede intacta. Es así que todo está listo para que la magia del cine resuene en una nueva versión de Superman.
La cineasta encaró esta historia con gran autenticidad y remarcable sencillez reseñando las alegrías, contratiempos e instancias dramáticas de sus personajes. A su vez acertadamente ilustra la peculiaridad cultural de la audiencia que asiste a las salas de cine de India donde existe una actitud inmersiva de lo que se aprecia en pantalla. Esa situación permite reflexionar sobre la gran diferencia existente entre asistir a un cine con la experiencia única de captar el sentimiento de los espectadores concurrentes, en lugar de permanecer en el hogar viendo una película en las plataformas de streaming como lo demuestra la tendencia actual.
Si por lo general lo que aprecia el público de la cinematografía india son sus Bollywood, resulta estimulante constatar que también existe un cine que apartándose de ese tradicional género es capaz de conmover y gratificar al espectador como es el caso de esta muestra que constituye un tributo al séptimo arte y a la amistad.
LE PROCÈS DU CHIEN. Francia-Suiza, 2024. Un film de: Laetitia Dosch. 80 minutos
Un caso legal en el que se refleja la relación que los humanos mantienen con los animales es lo que la actriz Laetitia Dosch como novel directora encara en Le procès du chien en el que asimismo asume el rol protagónico. El film está basado en un acontecimiento real en el que una persona de Francia fue llevada a juicio por los ataques que su perro infirió a terceros.
En este relato de ficción guionizado por Dosch y Anne-Sophie Bailly se sale al encuentro de Avril Lucciani (Dosch) una abogada suiza que si bien es una eficiente profesional no obstante ha visto perder varios juicios al defender causas difíciles de ganar. Eso no obsta para que acepte tomar a su cargo la defensa de Cosmos (Kodi), un perro agresivo que pertenece a Dariuch Michovski (François Damiens), un individuo marginal que quiere entrañablemente a su mascota porque para él su compañía constituye una positiva terapia.
Este caso constituye un gran desafío para Avril por cuanto Cosmos hirió seriamente la cara de Lorene (Anabela Moreira), una mujer portuguesa empleada de limpieza, además de haber mordido a otras dos mujeres. Aquí no solamente pende la vida del canino sino que además Dariuch es considerado responsable por su tenencia y por lo tanto no exento de culpa.
La premisa planteada es de sumo interés en donde Avril considera que el perro no debe ser considerado como un objeto inanimado tal como lo es en Suiza sino que por el contrario es un ente autónomo y como tal debe ser juzgado al igual que un ser humano. Por la parte contraria, la severa abogada de Lorena (Anne Dorval) mostrando al juez y al público asistente el rosto cicatrizado de la víctima, alega que el animal es un peligro público y por lo tanto debe ser sacrificado.
A medida que transcurren las sesiones del juicio donde siempre está presente Cosmos, comienzan a surgir observaciones, como las relativas al género donde las víctimas atacadas por los perros supuestamente son siempre mujeres. Al propio tiempo dado que Cosmos es el primer animal en ser juzgado por un delito cometido, el caso adquiere pública notoriedad, lo que motiva a que Avril quede extenuada.
Aunque Dosch demuestra su capacidad de realizadora, su ópera prima que transita entre la comedia realista y la sátira no logra cubrir las expectativas despertadas en su planteo inicial. Eso es debido fundamentalmente al guión que no llega a profundizar suficientemente en el principal personaje y además porque se dispersa en ciertas situaciones absurdas y algunas secuencias innecesarias, como la extraña relación que Avril mantiene con Joachim (Tom Fiszelson), su vecino de 12 años.
Sin dejar una impresión resonante, este film cuenta con un buen elenco en el que especialmente gravita la presencia de Dosch quien como la letrada idealista exaltando la dimensión humana que debe existir con el canino, trata de evitar una sentencia negativa que le impida seguir con vida. Mención especial merece Kodi, quien animando al perro juzgado ofrece una admirable actuación, que mucho recuerda a Uggie, el sabueso que conquistó el cariño del público en L’Artiste (2011).
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