Pesticidas, ratas y moho: Trabajadores migrantes son expuestos a condiciones “inseguras e indignas”, según un nuevo informe

Pesticidas, ratas y moho: Trabajadores migrantes son expuestos a condiciones “inseguras e indignas”, según un nuevo informe

• Los trabajadores agrícolas migrantes en Canadá exigen al gobierno federal que aumente las exigencias en cuanto a las condiciones de vida “sucias” e “inhumanas”, que, según afirman, “no son aptas para humanos”, según un nuevo informe.

Las conclusiones se publicaron este viernes en un documento de orientación elaborado por un grupo de 29 académicos y defensores de todo Canadá, quienes buscan establecer una norma nacional de vivienda para trabajadores migrantes que sea coherente y se aplique rigurosamente.

El sector agrícola canadiense ha enfrentado una escasez de mano de obra durante años y depende en gran medida de personas de México y el Caribe que están dispuestas a mudarse temporalmente a Canadá para realizar trabajos esenciales para el sistema alimentario del país. A cambio, los empleadores están obligados por ley a ofrecer “viviendas adecuadas, apropiadas y asequibles”, pero los trabajadores afirman que su nivel de vida está muy por debajo de esa promesa.

“Había moho en el refrigerador. En los congeladores, nada estaba limpio. Y ambas estufas estaban cubiertas de excrementos de roedores, tanto dentro como fuera del horno. Incluso en los cajones. Así que todo estaba lleno de excrementos de roedores”, explicó un trabajador migrante de Jamaica.

“Teníamos miedo de usar la cocina. No hicimos nada durante días. Simplemente limpiábamos con lejía”.

Otros trabajadores reportaron problemas de hacinamiento, como hasta ocho personas viviendo en una habitación, problemas persistentes de plomería, inundaciones y afirmaron haber experimentado temperaturas extremas sin calefacción, refrigeración ni ventilación adecuadas.

“La calefacción de la casa no funciona y no podemos ajustarla porque el dueño de la granja lo instaló [el termostato] y se llevó el control remoto y la llave de su oficina”, dijo un trabajador de Jamaica a los investigadores.

Los autores del informe piden una serie de cambios que incluyen mejorar el acceso al transporte, limitar la vigilancia y los controles de los empleadores sobre las viviendas, así como reducir la proporción de trabajadores en cocinas, baños y lavanderías. También exigen una aplicación más rigurosa de estas normas.

Solicitan inspecciones más estrictas.
Se supone que los gobiernos federales y provinciales deben realizar inspecciones periódicas en las instalaciones de vivienda y trabajo para migrantes, pero algunos trabajadores afirman que las normas se eluden fácilmente.

“[El jefe] disimula las cosas… Normalmente, [los inspectores] le notifican que vienen, y creo que eso es negativo porque le dan tiempo para organizar todo”, explicó un trabajador migrante de México. “No debería ser así para que lo pillen con las manos en la masa”.

Los defensores afirman que las inspecciones no deberían ser realizadas por inspectores privados vinculados a asociaciones de empleadores “debido a los claros conflictos de intereses que obstaculizan la aplicación de la ley; en cambio, los inspectores deberían ser funcionarios públicos bien capacitados, independientes del sector”.

“Las inspecciones deberían ser realizadas por agentes de salud pública que rindan cuentas al público en general y cuenten con las competencias necesarias para evaluar los riesgos comunes para la salud”, afirma el informe.

Jill Hanley, profesora de la Universidad McGill y una de las principales autoras del documento de orientación, cree que las normas de vivienda para los trabajadores agrícolas migrantes son necesarias para mejorar la calidad de vida de todos en Canadá.

“Si seguimos manteniendo estándares bajos e inconsistentes en cuanto a la calidad de la vivienda para este grupo, no solo ponemos en peligro la salud y la seguridad de los trabajadores agrícolas migrantes, sino que también enviamos a todos los canadienses el mensaje de que una vivienda deficiente e indigna es aceptable en Canadá”, explicó Hanley.

“Esta crisis de vivienda, más oculta, está reforzando la más visible. Queremos normas nacionales de vivienda que transmitan un mensaje contundente sobre cómo esperamos que se trate a las personas que viven y trabajan en Canadá, independientemente de su estatus migratorio”.

Hanley y sus coautores afirman que la implementación de estas normas requerirá un mayor liderazgo federal, así como coordinación gubernamental, representación sindical y la residencia permanente para los trabajadores migrantes a su llegada.