G7. Canadá espera evitar otro estallido de ira de Trump como el de Charlevoix.

G7. Canadá espera evitar otro estallido de ira de Trump como el de Charlevoix.

• Donald Trump, llegará este domingo a Alberta para la cumbre del G7, su primera visita a Canadá desde que se marchó furioso hace siete años.

A Ottawa le vendrían bien todo tipo de recursos, desde jugar al golf y una agenda creativa hasta órdenes especiales del gabinete, para que la visita sea un éxito y evitar que se repita un desastre diplomático.

“Es alguien muy susceptible cuando siente que no se le respeta su ego plenamente”, declaró Eric Miller, presidente de Rideau Potomac Strategy Group, una consultora transfronteriza.

“Hay que asegurarse de que… se marche y diga: ‘¿Sabes? Esos canadienses no son tan malos después de todo'”.

Mejor que la última vez.

La última vez que Trump estuvo en Canadá, para la cumbre del G7 en la región de Charlevoix, en Quebec, el resultado fue un fracaso total.

Trump se negó a firmar el comunicado, la lista publicada de declaraciones sobre temas comunes del G7, que en su mayoría son negociadas y acordadas con antelación por los países miembros. Se retiró temprano y criticó duramente a Trudeau, calificándolo de “muy deshonesto y débil” en una disputa sobre aranceles.

La cumbre incluyó lo que Miller llamó la “fotografía para la historia”: la entonces canciller alemana, Angela Merkel, y otros observando con severidad a un Donald Trump sentado, quien parecía mirarlo fijamente con los brazos cruzados.

El embajador alemán en Canadá, Matthias Lüttenberg, lo expresó sin rodeos al declarar ante un panel el 4 de junio que Ottawa atravesaba nuevamente “circunstancias muy difíciles” como presidente del G7, y con gran capacidad, en su opinión.

“Es decir, no me gustaría negociar con un país que esté cuestionando mi soberanía como Estado”, dijo.

El senador Peter Boehm, quien presidió la cumbre en 2018, recordó dos largas noches de negociaciones debido a que la administración Trump no se alineó con las demás en la inclusión del cambio climático ni en las referencias al “orden internacional basado en normas”.

Conversaciones informales

El primer ministro Mark Carney asumió el cargo en abril tras reiterar su capacidad para hacer frente a las amenazas de Trump de arruinar la economía canadiense para convertir al país en un estado estadounidense.

Carney mantuvo una cordial visita a Washington a principios de mayo e incluso recibió elogios de Trump en redes sociales y en persona, a pesar de que el presidente insistió en que Canadá debería seguir siendo un estado estadounidense.

Ambos han seguido dialogando. El embajador estadounidense, Pete Hoekstra, reveló a principios de este mes que el presidente y Carney han intercambiado frecuentes llamadas y mensajes de texto sobre comercio y aranceles.

Miller afirmó que el encuentro cara a cara entre ambos líderes en Alberta podría ayudarles a avanzar en las preocupaciones económicas, así como en la propuesta de Trump de incluir a Canadá en su proyecto de escudo antimisiles Golden Dome.

“Dado que esta conversación está en curso, es importante que tengan la oportunidad de continuarla y de reunirse quizás en un entorno menos estructurado y formal que el Despacho Oval”, dijo Miller.

“La vida se trata de decisiones imperfectas, y es absolutamente correcto que el Sr. Trump venga a Canadá”.

Dijo que no está seguro de si habrá un anuncio formal, aunque añadió que Trump está interesado en firmar acuerdos con varios países antes de la fecha límite que se impuso el 9 de julio para los llamados aranceles de represalia.

Miller afirmó que es probable que tanto Canadá como Estados Unidos se atribuyan el mérito del anuncio de Ottawa este mes de que acelerará drásticamente su compromiso de cumplir con el objetivo de gasto en defensa de la OTAN.

Trump también podría tomar nota del hecho de que se encuentra en una de las pocas provincias que han optado por reanudar la venta de alcohol estadounidense, después de que todas las provincias lo prohibieran en sus licorerías como respuesta a los aranceles estadounidenses.

Expectativas más bajas

La decisión de Ottawa de programar debates grupales relativamente breves entre los líderes del G7 e invitar a numerosos líderes mundiales podría implicar más reuniones individuales, como las que Trump prefiere.

“A Trump no le gustan especialmente las reuniones multilaterales. Pierde interés”, declaró Boehm.

Las autoridades canadienses han afirmado que están centradas en emitir declaraciones más breves y concisas, lo que podría evitar los grandes estallidos que podrían surgir al intentar elaborar el tipo de comunicado conjunto masivo que ha concluido casi todas las demás cumbres del G7.

El ex primer ministro Jean Chrétien declaró el jueves ante un panel que, si Trump tiene un arrebato, los líderes del G7 deberían ignorarlo y “seguir hablando con normalidad”.

Miller afirmó que, para Canadá, “garantizar una agenda positiva que no genere acritud posterior” significa promover sus intereses sin aislar a Estados Unidos, especialmente con la asistencia de tantos líderes invitados.

“La estrategia que debe seguir el Sr. Carney es convencer a Estados Unidos de que desea una relación buena y positiva, a la vez que se esfuerza con energía, lo más rápido posible, por construir nuevas relaciones”, dijo.

También es muy posible que Trump se marche antes de que concluyan las reuniones.

Un delincuente de visita

Mantener una actitud positiva es probablemente la razón por la que Ottawa eludirá las normas que podrían impedir que Trump cruce a Canadá tras ser declarado culpable de 34 cargos penales en un juicio por sobornos en mayo de 2024.

Los abogados de inmigración afirman que quienes hayan sido condenados por delitos graves en el extranjero deben cumplir su condena y esperar cinco años antes de solicitar un certificado de admisibilidad a Canadá, aunque existen lagunas legales si alguien solicita una visa por una razón imperiosa.

El gabinete federal aprobó una orden formal, publicada en febrero, que otorga inmunidad diplomática y privilegios a los “representantes de un estado extranjero que participen en las reuniones del G7”.

¡Adelante!

Otra forma en que Canadá podría garantizar una visita exitosa sería llevar a Trump al campo de golf de Kananaskis Country, una posibilidad muy discutida en los medios de comunicación, que seguía sin confirmarse hasta el viernes por la tarde.

Carney le regaló a Trump una gorra y equipo de golf de ese campo durante su visita al Despacho Oval en mayo.

Miller dijo que no era solo un truco: a Trump le encanta hacer tratos mientras juega, y podría proporcionarle a Carney u otros horas de videollamada en un carrito de golf, que es su zona de confort.

“El golf ha sido fundamental en su vida”, dijo. “Tiene todo el sentido que el Sr. Trump juegue en un campo de golf de alta calidad”.