CRÓNICAS: ¿Qué sucedió en la ONU?

CRÓNICAS: ¿Qué sucedió en la ONU?

Por Lucía P. de García

Toronto.- Cada año, entre septiembre y diciembre se reúnen en el edificio de la ONU, Nueva York, los Jefes de Estado y de Gobierno del mundo, para, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, expresar sus inquietudes. Este año se repitió la tradición, conmemorar su fundación el 26 de junio de 1945, esta vez bajo el lema “Mejor juntos: 80 años y más por la paz, el desarrollo y los derechos humanos”. 

Más de 3.300 periodistas informaron sobre las sesiones. En las de “Alto Nivel” participaron 168 hombres y 24 mujeres. Sólo 5 de ellas eran jefas de Estado, lo cual demuestra que todavía hay un largo camino para alcanzar la justa paridad de género. 

De los 193 Estados Miembros, no asistieron Afganistán y Myanmar, por disputas sobre la representación oficial de sus gobiernos. Islas Seychelles, por coincidir con las elecciones presidenciales. El Salvador, porque a su presidente, Nayib Bukele, le “pareció inútil ir este año”. Pese a que Estados Unidos debe otorgar visa a todos los mandatarios que acuden a la importante cita, negó al presidente de Palestina, Mahmoud Abbas, quien envió su mensaje a la ONU grabado en video. 

El Secretario General de la ONU, António Guterrez, inauguró el evento con un discurso que señala “el mundo atraviesa una era de perturbaciones sin responsabilidad y de sufrimiento humano sin precedentes” con guerras, crisis humanitarias, sociales, cambio climático, tecnología descontrolada. Pidió recuperar el multilateralismo, e indicó que existen soluciones listas para ser aplicadas y así salvar la supervivencia humana, por lo cual, “la esperanza permanece”.

De acuerdo al orden acostumbrado continuó Brasil. Su mandatario, Luis Inázio Lula da Silva, criticó el incremento de los arsenales nucleares, cuando ese dinero pudo haberse  invertido en combatir hambre, calentamiento global, dar préstamos con intereses bajos a los países en desarrollo. A éstos alentó aplicar el modelo brasileño: biocombustible, biotecnología, tecnología renovable, energía solar, hidroeléctricas. Refiriéndose a los aranceles impuestos por Trump, expresó : “Nuestra democracia no se regatea”. 

Siguió el turno de Estados Unidos con el presidente Donald Trump. En su discurso de 57 minutos insultó a todos los asistentes, incluso a la ONU, por financiar “invasiones al entregar ayuda humanitaria a refugiados” y por sus programas de ayuda a migrantes, alentando así el ingreso masivo de indocumentados a su país y a Europa. Arremetió contra el multilateralismo, China, Rusia. Aseveró que el calentamiento global es un invento. Y entre sus autoalabanzas dijo haber acabado con 7 guerras, por lo que “Todos dicen que debería recibir el Premio Nobel de la Paz”.

El discurso de Trump en la Asamblea General podría considerarse largo, ya que por lo general duran 15 minutos. No obstante, el que bate récord fue el de Fidel Castro en 1960, tras 19 meses del triunfo de la Revolución Cubana: 4 horas 29 minutos.

El mismo año, el primer ministro soviético Nikita Kruschev, a las acusaciones de Filipinas de haberse “tragado” y quitado derechos a los países de Europa del Este reaccionó con algo inesperado, golpeando la mesa con uno de sus zapatos. 

En 2006, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, refiriéndose a George W. Bush y sus acciones guerreristas, dijo “Ayer estuvo el diablo aquí, en este mismo lugar, todavía huele a azufre en esta mesa donde me ha tocado hablar”, y, entre otros temas, recomendó el libro de Noam Chomsky “Hegemonía o supervivencia”, lo que suscitó tal curiosidad sobre el texto que lo colocó como número 1 de los más vendidos en Amazon. 

En este 2025, la sala de sesiones de la Asamblea General casi se vació cuando habló Benjamín Netanyahu, sólo las delegaciones israelí, argentina y estadounidense aplaudieron entre otras, su sentencia cruel “Israel debe terminar su trabajo en Gaza”.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, apoyó la solución planteada por la misma Asamblea General, la “Declaración de Nueva York”, que impulsa la solución del conflicto árabe-israelí mediante dos Estados: Palestina e Israel; pero con la exclusión de Hamas del poder, reformas en la Autoridad Palestina y elecciones democráticas.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, citó el documento de la académica italiana Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre Territorio Palestino Ocupado, en el que califica como genocidio lo que ocurre en Gaza, por lo que pidió a los BRICS crear un ejército para defenderla. Dijo que ya estamos en la Tercera Guerra Mundial, y que la única guerra que debe darse es contra el hambre, la pobreza y los narcodelincuentes. Culpó a Estados Unidos y a Europa por el blanqueamiento de dinero en bancos. Señaló la nula eficiencia de las 8 bases que Estados Unidos tiene en su país. Condenó el abuso de Trump al bombardear pequeñas lanchas frente a Venezuela, sin siquiera comprobar que llevaban drogas. Señaló la necesidad de reinventar la ONU.

Simon Stiel, Jefe Climático de la ONU, recordó a los países desarrollados que en 2009 se comprometieron a apoyar a los países más vulnerables con USD 100.000 millones anuales, pero hasta 2023 sólo habían entregado 89.600 millones. Tal indiferencia ha propiciado que el calentamiento global haya superado 1,2 grados centígrados.

Imposible citar todas las mejores intervenciones; más, vale indicar que la 80 Asamblea General de Naciones Unidas culminó con broche de oro. Su presidenta, la alemana Annalena Baerbock, dio un discurso en el que resaltó la importancia de la ONU demostrada durante toda la semana, cuando entre los diferentes tópicos se exaltó la paz y el esfuerzo que deben hacer los Estados miembros para defenderla. 

El mundo espera que el intercambio de ideas inteligentes y propuestas solidarias y justas se hagan realidad; anhela que la ONU vuelva a ser una entidad de prestigio y autoridad, capaz de acabar con la hegemonía de ciertos países cuyos líderes se creen los amos del mundo y pretenden imponer su voluntad; una entidad con la habilidad de reinventarse y lograr el multilateralismo, el desarme, el respeto, la igualdad y la dignidad de todos los pueblos precisamente con paz, una paz definitiva.