Los cambios propuestos a las normas de arrendadores e inquilinos en Ontario generan pánico

Los cambios propuestos a las normas de arrendadores e inquilinos en Ontario generan pánico

• Un nuevo proyecto de ley ómnibus presentado en la Asamblea Legislativa de Ontario ha generado festejos, pero también recelo entre otros debido a los cambios que propone a las normas de arrendadores e inquilinos en la provincia.

La Ley de Lucha contra los Retrasos y Construcción Más Rápida de 2025, del primer ministro Doug Ford, forma parte de una serie de nuevas leyes destinadas a abordar la crisis de vivienda de la provincia, reduciendo la burocracia en la construcción de nuevas viviendas (y otras infraestructuras), además de disminuir los retrasos en la Junta de Arrendadores e Inquilinos (LTB), entre otras medidas.

Anunciado el jueves, las principales medidas del proyecto de ley incluyen la revisión del Código de Construcción de Ontario para “reducir las cargas y los costos regulatorios”, agilizar las aprobaciones de construcción, implementar un conjunto único de normas de construcción de carreteras para toda la provincia y “mejorar la velocidad y la equidad de los procesos”, a la vez que “limita el abuso del sistema por parte de actores maliciosos” en la LTB. PUBLICIDAD

Esta ley ha sido bien recibida por organizaciones como la Asociación de la Industria de la Construcción y el Desarrollo Territorial (BILD), la Federación de Proveedores de Viviendas de Alquiler de Ontario (FRPO) y la Asociación de Constructores de Viviendas de Ontario (OHBA), todas citadas en el comunicado de prensa oficial de la Provincia.

Sin embargo, algunos inquilinos que han analizado el proyecto de ley con más detenimiento están preocupados por las posibles consecuencias para sus viviendas de bajo alquiler.

En la sección del documento relativa a los lamentados retrasos de años en la LTB, se describen múltiples iniciativas, entre ellas permitir que los adjudicadores de la junta pospongan los desalojos, aumentar la transparencia en las decisiones y órdenes de la LTB y aumentar la dotación de personal para gestionar un número cada vez mayor de casos.

El punto que ha suscitado preocupación sugiere que la Provincia estudie alternativas a sus directrices sobre el vencimiento de los contratos de arrendamiento, que actualmente otorgan a los inquilinos el derecho a permanecer en la misma unidad prácticamente de forma indefinida, siempre que cumplan con su contrato de arrendamiento y se adhieran a la Ley de Arrendamientos Residenciales.

Esto ofrece una seguridad muy necesaria a los inquilinos, los más vulnerables de las dos partes, y se denomina seguridad de tenencia. Sin embargo, también significa que los propietarios nunca pueden rescindir un contrato de arrendamiento en sus propios términos, como sí pueden hacerlo los inquilinos; solo en casos problemáticos, como cuando un inquilino no paga el alquiler o ha dañado su unidad, o cuando el propietario mismo desea mudarse a su propia propiedad.

Aun así, las recientes modificaciones a las condiciones por algunas de estas razones legalmente válidas, junto con los tiempos de espera extremadamente largos para las audiencias de LTB, están dificultando cada vez más que los pequeños propietarios procedan a un desalojo justificado.

Estudiar la posibilidad de cambiar las condiciones de vencimiento del contrato de arrendamiento idealmente, según la Ley para Combatir los Retrasos y Construir con Mayor Aceleración, “permitiría a los propietarios controlar quién ocupa sus unidades y durante cuánto tiempo, permitiéndoles ajustar los acuerdos de arrendamiento en función de las condiciones del mercado, las necesidades personales o las estrategias comerciales”.

Esto podría aportar flexibilidad a algunos propietarios en el enfoque de los contratos de arrendamiento, lo que podría generar más oportunidades. “Existencias de viviendas de alquiler”, añade. Los líderes han señalado que algunos propietarios se han mostrado reticentes a alquilar sus unidades vacías por temor a verse atrapados en “contratos de arrendamiento impredecibles que se prolongan sin fin”.

Pero, sin seguridad de tenencia, el control de alquileres prácticamente dejaría de existir. Los ciudadanos, con razón, lo califican de un gran retroceso para los derechos de los inquilinos, afirmando que no solo amenaza el control de alquileres, sino también a “todos los inquilinos de Ontario con el desalojo y la falta de vivienda”.

Esto, por supuesto, ha generado pánico en muchos habitantes de la provincia, ante la perspectiva de tener que preocuparse cada año si su arrendador optará por extender su contrato de arrendamiento. En caso de que el mercado mejore y puedan obtener un precio mayor por la unidad, la respuesta podría ser “no”, lo que dejaría a todos los inquilinos en riesgo de pagar un alquiler de mercado, en lugar de un alquiler potencialmente mucho más bajo del que se benefician quienes han vivido en el mismo apartamento durante años.

Ya se han presentado peticiones en respuesta.

El control de alquileres, sin embargo, puede ser un tema delicado o incluso controvertido, a pesar de contar con un apoyo rotundo en muchas ciudades. incluyendo Toronto.

Algunos lo comparan con decir “quien lleve más tiempo viviendo aquí se lleva una casa” en lugares donde la oferta de viviendas es limitada o los precios del mercado son prohibitivos, mientras que otros han señalado (en hilos de Reddit sobre el tema) que puede “eliminar el incentivo para que los propietarios realicen mejoras o mantengan la propiedad más allá del mínimo legal”, ya que “literalmente no podrán ganar más por sus esfuerzos porque los precios no pueden subir”.

Por esta misma razón, los críticos argumentan que también puede obstaculizar el desarrollo de nuevos proyectos y reducir la oferta de alquileres.