Falleció el expresidente Carlos Menem

Falleció el expresidente Carlos Menem

Carlos Menem, marcó una época en la política de Argentina

Un mandatario que marcó una época. Liberal y “playboy”

BUENOS AIRES 14 FEB – El expresidente Carlos Menem, que marcó una época en la política de Argentina, murió en el Sanatorio Los Arcos de la Ciudad de Buenos Aires, donde estaba ingresado por problemas de salud desde hacía dos semanas, reportó hoy la prensa local.
Menem, que tenía 90 años, fue presidente entre 1989 y 1999 por el peronismo, aunque gobernó con un sesgo ultra liberal, en una administración que estableció la paridad entre la moneda argentina y el dólar (1 a 1).
Desde 2005 hasta 2021 fue senador nacional, representando a la provincia de La Rioja.
La noticia de su fallecimiento fue publicada por los periódicos Página 12, Clarín en sus páginas de Internet y el portal Infobae, aunque aún no fue informada por su familia.
El exmandatario había sido ingresado al centro de salud por una infección urinaria, luego de que sintiera dolores y que aumentara su frecuencia cardíaca.
Según reportó el periódico Página 12, los médicos habían considerado dar de alta al también senador riojano el fin de semana pasado, pero su cuadro cardíaco se agravó en los últimos días.
Su estilo de gobierno sorprendió a propios y extraños, gobernó amparado en un liberalismo inesperado para un caudillo provincial y sus apariciones públicas en estilo “playboy” marcaron una época.
Menem condujo Ferraris a alta velocidad, manejó lanchas, jugó al fútbol con el seleccionado argentino profesional, estuvo rodeado de bellas mujeres y animó un escandaloso divorcio.
La tragedia también lo rodeó cuando falleció su hijo en un accidente de helicóptero, que encendió sudadas y sospechas y que se investigó como producto de un atentado.
Sorprendió el primer día de gobierno nacional con un giro brutal entre las promesas de campaña de “salariazo” y “revolución productiva”, al implementar un programa económico diseñado por el grupo empresari Bunge & Born, basado en un tipo de cambio alto, privatizaciones, renegociaciones con los acreedores externos y disciplina fiscal.
En un contexto internacional que marcaba la caída del bloque soviético, Menem adhirió a las políticas del economista John Williamson, que justamente en 1989 propuso un conjunto de diez fórmulas específicas para que los para los países en desarrollo afectados por las crisis macroeconómicas.
Esas recetas incluían reformas fiscales, comerciales y laborales para estabilizar los precios, atraer la inversión extranjera; reducir el tamaño del Estado, e impulsar la expansión de las fuerzas del mercado interno.
Fue histórico el Plan de Convertibilidad implementado por el ministro de Economía Domingo Cavallo, que estableció la paridad con el dólar. El programa fue clave para cortar de raíz el proceso inflacionario y habilitó las transacciones en moneda extranjera.
Eso se complementó con la privatización de todas las empresas del estado para reducir el déficit fiscal, curiosamente estatizadas décadas atrás por el líder del peronismo, Domingo Perón.
Este plan derivó en una sostenida aceleración de la tasa de desempleo, al rango de los dos dígitos porcentuales, porque en paralelo no se generaron políticas orientadas a multiplicar los puestos de trabajo y la producción.
En octubre de 1993, el partido en el poder ganó las elecciones de medio término y al año siguiente, tras el respaldo electoral, Menem logró negociar con la oposición una reforma constitucional.
La mutación garantizaba una reelección presidencial como punto llamativo. En 1995, Menem fue consagrado candidato nuevamente y comenzó la campaña, con un mal presagio. En marzo, “Carlitos” el hijo mayor del matrimonio pereció en un accidente.
Sin que hasta el presente, la investigación del hecho haya dado resultados definitivos.
En 1996, la dupla Menem-Cavallo se rompió y la política económica entró en lo que dio en llamarse “piloto automático”.
Por una parte perdió el impulso inicial y por la otra Menem, imaginando una “re-re”, abandonó las reformas de segunda generación.
Además, salió a la luz una venta de armas a Ecuador en plena disputa con Perú, gran aliado de Argentina en la guerra de las Islas Malvinas (1982).
En 1999 la sociedad argentina buscó en las urnas un poco de seriedad y tranquilidad. Ya no alcanzaban los éxitos de la política exterior, además el “efecto Tequila” no ayudo a la economía del país.
Menem fue derrotado en las urnas por Fernando de la Rúa, el candidato de una alianza de centro izquierda, que ganó las elecciones con el 48,5% de apoyo, pero poco después, en 2001, terminó abandonando el poder en una de las crisis sociales, económicas y políticas más brutales del país.
Buena parte de esa hecatombe, que llevó a la Argentina a un brutal default, se la consideró “la herencia de Menem”.
Igual intentó regresar. Cuando estuvo a punto de ser arrollado por Néstor Kirchner -luego presidente- en la segunda vuelta de 2003, se retiró y mantuvo así invicta su curricula electoral, escribió Página 12.
“Animal político, con la picardía y la astucia del zorro, fue capaz de todo para ganar una elección, hasta fraguar un casamiento en el otoño de su vida con una ambiciosa joven chilena (Cecilia Bolocco) ganadora de concursos de belleza, con la que incluso tuvo un hijo”, amplió.
Hasta el año pasado se mantuvo en el Senado, asociándose con unos y otros, según la ocasión, tratando de eludir causas judiciales de su mandato que quedaron en la nada.